Brindar atención especializada y tratamiento integral a personas trans, sin que su condición sea considerada una enfermedad
Con la finalidad de dar respuesta al derecho a salud que tienen las personas transgénero, mediante una atención de salud integral que aborde las necesidades de estos usuarios y sus familias, es que un equipo multidisciplinario integrado por destacadas profesionales como la Dra. María Graciela Arias Madariaga, la psicóloga Evelyn Alvarado Subiabre y las matronas Ximena Navarro Burgos y Viviana Viveros Cortés, sumado a la asistente social Paola Cárcamo Andrade, comenzaron un arduo trabajo que permitió implementar en el hospital base de Castro un Policlínico de género.
El objetivo, según explicaron, es brindar atención especializada, integral e individualizada a las personas transgénero.
Según la Organización Mundial de la Salud OMS, la “identidad de género” es definida como el grado en que cada persona se identifica como masculina o femenina o alguna combinación de ambas. Es el marco de referencia interna construido a través del tiempo, que permite a los individuos organizar un autoconcepto y comportarse socialmente en relación con la percepción de su propio sexo y género.
Al respecto el equipo gestor señaló que, este policlínico nace de la necesidad de dar atención a la población transgénero que es una población que ha sido discriminada, violentada y a la cual no se le ha prestado la ayuda necesaria para que ellos desarrollen su vida de la mejor forma.
Son múltiples las dificultades que deben enfrentar, por ello el interés del equipo de resolver en la provincia esta demanda
Las personas están expuestas a discriminación que muchas veces es violenta y social, involucrando a veces a sus propias familias, limitándoles incluso en su derecho a la educación, derecho al trabajo y a llevar una vida feliz y plena.
El poli de género cuenta con el apoyo del Servicio de Salud y del hospital de Castro a través de un equipo multidisciplinario, capacitado, empático y motivado, aspectos fundamentales a la hora de brindar una atención personalizada e integral que se ocupe de todos los ámbitos de la vida de estos pacientes.
El ser transgénero, describe a personas que persistentemente buscan ser aceptadas como miembros del sexo opuesto, desean cambiar sus caracteres primarios o secundarios a través de intervenciones médicas, tanto hormonales como quirúrgicas.
Respecto de la epidemiología, no existe información precisa y fidedigna de la prevalencia de población transgénero en nuestro país ni en el mundo. Los estudios muestran cifras muy dispares que van desde un 0,03% a un 0,5%.
En una investigación nacional, realizada durante los años 2010 – 2014, se señaló que, respecto de la atención de salud en personas transgénero, se reporta que sufren altos niveles de victimización, discriminación, además menores niveles de felicidad, de satisfacción con su vida, mayores niveles de ansiedad, depresión y hostilidad al compararlos con una muestra de personas homosexuales.
Y en la primera encuesta nacional de clima escolar realizada durante el año 2016, el 70,3% de los adolescentes, manifestó sentirse inseguro en la escuela debido a su orientación sexual. La mayoría de los encuestados estudian bajo graves niveles de violencia psicológica, verbal y/o física.
En cuanto a los adolescentes trans, el 52% declaró haber sido acosado físicamente y el 88% reportó ser insultado por sus compañeros por su expresión de género, mientras que uno de cada 10 fue golpeado a causa de su orientación sexual.
Fue recién en los años 2016 y 2017, que se realizó el primer estudio nacional en personas trans, denominado la “Encuesta T”, en la cual participaron 315 personas trans y género disconforme en Chile. La encuesta visibiliza a una población estigmatizada, destacando que un 15,6 % declara haber reconocido su identidad de género entre los 12 y 18 años, el 39,4% lo reconoce entre los 6 y 11 años y el 31,43% antes de los 5 años.
Respecto al cuestionamiento familiar, la encuesta asegura que un 97% cuestiona su identidad, un 42% es ignorado y un 36% sufre agresión verbal, y lo más grave y preocupante es que un 56% de los encuestados declaró haber tenido algún intento de suicidio entre los 11 y los 18 años.
Entendiendo esta realidad es que el Servicio de Salud Chiloé, decidió asumir la responsabilidad médica de otorgar atención de salud a la población transgénero, aun cuando el ser transgénero no constituya una patología.
Entre las acciones del equipo de profesionales, se asegura una coordinación con la Macrored para usuarios que requieran readecuación corporal quirúrgica, brindando apoyo, orientación y acompañamiento psico social a los pacientes transgénero que lo requieran, permitiendo optar al proceso de adecuación y/o transición hormonal en los pacientes que presenten disforia de género, bajo vigilancia de profesionales de salud.
El equipo del poli de género del hospital base está integrado por la Médico Encargado del Programa Trans y del Tratamiento Hormonal, la ginecóloga Dra. María Graciela Arias; un Psicólogo y una Asistente Social con capacitación en salud transgénero, además de un Médico Psiquiatra Adulto, sumado a la demanda que se genere respecto de Médico Psiquiatra Infantil, Pediatra, Urólogo, Dermatólogo, Fonoaudiólogo y Nutricionista.
La atención en este policlínico se desarrolla considerando necesidades específicas del usuario, desde un enfoque despatologizante, y haciendo al usuario participe activo de su proceso de intervención, todo de acuerdo a su etapa vital. Respecto de los menores de edad, recibirán una evaluación psiquiátrica, que garantice y proteja su adecuado desarrollo, mientras que, en los usuarios mayores de edad, se realizará una entrevista con el Psiquiatra con el objetivo de descartar patología o trastorno psiquiátrico concomitante que pudiera afectar su proceso de transición.
Como equipo, el compromiso social es acoger en el sistema de salud a una población vulnerable, discriminada, violentada y que muestra menores niveles de satisfacción con su vida, mayores niveles de ansiedad, depresión, exclusión social, altos índices de deserción escolar y escasa incorporación al mundo laboral.
Por ello, Paola Cárcamo, señaló que durante este 2019 se trabajó en la construcción de un protocolo con el equipo que se suma a las circulares emanadas por el Minsal.
“Este protocolo se trabajó de acuerdo a las necesidades y realidades locales, con cuestiones prácticas como el saludo, el registro del nombre del usuario, que todo apunte a tratarlo acorde a su identidad de género”.
Por ello la invitación es a que todas las personas que han sentido que no tenían un lugar donde acudir para poder resolver o atender lo que interiormente siente con respecto a su identidad de género ahora tiene un espacio para recibir la atención que le corresponde y que eso garantice su derecho a la salud desde un punto de vista integral, que abarca el ámbito psicosocial, más aún, considerando que este 27 de diciembre comienza a regir en Chile la Ley 21.120 de identidad de género.